Descripción |
La “Encuesta de Prevalecía y Características de la Violencia contra las Mujeres” ejecutada el 2016 por el INE, contempló diversas actividades, una de ellas, la realización de talleres de capacitación dirigidos a las supervisoras generales, supervisoras de brigada y encuestadoras, con la finalidad de instruir al personal en diversas áreas técnicas y temáticas, posteriormente se tuvo una experiencia de impartir un taller de contención emocional para el personal encargado de recolectar la información una vez concluida la encuesta
El proceso de levantamiento de información realizado por las encuestadoras y supervisoras, distribuidas en brigadas por los nueve departamentos del Estado, se fue supervisando y monitoreando de manera permanente, detectando síntomas emocionales adversos, progresivos al avance de la encuesta y su incidencia en el personal, pues las encuestadoras asimilaban las historias de vida de todas las mujeres entrevistadas, así como los malos tratos que surgían de las personas al tiempo de la recolección de información.
Entrevistar a personas víctimas de cualquier tipo de violencia, ya sea en el ámbito psicológico, jurídico, médico, trabajo social, etc., implica para las encuestadoras estar expuestas a un desgaste tanto laboral como sentimental por la escucha permanente de historias de violencia, así mismo el personal encargado de recolectar la información no siempre cuenta con los recursos emocionales necesarios. El impacto de estas narraciones de violencia se puede visualizar en el hecho de que muchas encuestadoras llegan a relacionar sus propias experiencias de maltrato, a revivir algunos de sus miedos, su vulnerabilidad, e incluso se llegan a sentir responsables o hasta culpables de no poder dar solución a la problemática de las personas entrevistadas.
Al momento de entrevistar, el personal encargado del levantamiento de información o personal de campo debe dejar de lado sus prejuicios, opiniones y emociones para poder generar una escucha activa y empática que evite interferir y generar juicios de valor, en estas instancias se puede llegar a generar (en mayor o menor medida) situaciones emocionales dolorosas, frustración, impotencia, tristeza, indiferencia y desesperanza.
Rescatando la primera experiencia del taller aplicado en contención emocional al finalizar la encuesta se pudieron observar las emociones adversas que vivenciaron las encuestadoras conteniéndolas y rescatando sus aportes y logros.
Por tal motivo se ve la necesidad de fortalecer el programa de instrucción (capacitación) y contención, otorgando conocimientos en habilidades sociales, abordaje y manejo de las emociones. Así como brindar un taller en contención emocional que sea impartido a la mitad de avance de la encuesta (pausa de las brigadas), habiéndose podido observar en esta etapa que las encuestadoras se encuentran en ascenso de presión laboral y emocional, y necesitan mitigar todas sus cargas emocionales para retornar y concluir, optimizando sus actividades laborales. |